//¿Y SI GANA TRUMP?

¿Y SI GANA TRUMP?

¿Y si gana Trump?

/ Juan Carlos Cal y Mayor Franco

 

/ Si en algo ha logrado unanimidad el Presidente Peña Nieto en todo lo que lleva de su mandato, es en el rechazo y desaprobación a la visita del candidato Republicano Donald Trump. Las redes sociales, los analistas, líderes políticos de partidos de la oposición, personajes como Jorge Castañeda o Enrique Krauze, por señalar algunos; desaprobaron la iniciativa de invitar a Trump por la manera en que se ha expresado respecto de los mexicanos –y todos se ponen el saco y se sienten aludidos- como un agravio a la soberanía nacional y el pueblo de México. Lo que menos pedían era que Trump comenzara por pedir perdón o de plano declararlo persona non grata en nuestro país.

 

En la conferencia en los Pinos posterior a la reunión, observamos un personaje más moderado en su discurso respecto de México y se podría decir cuando menos que con disposición a dialogar no sólo los temas que atañen a la inmigración ilegal, sino aquellos que tienen que ver con el tráfico de drogas, armas y dinero que ingresan ilegalmente a ambos lados de la frontera.

 

En su discurso además, el Presidente Peña Nieto destacó la importancia de la relación y el intercambio comercial entre ambos países y en particular porque Trump ha hablado no de renegociar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), al que ha llamado el “peor acuerdo comercial de la historia” sino que, como presidente, negociaría mejores condiciones con México y Canadá, y si no llegan a un acuerdo, se retiraría por completo.

 

¿Acaso tiene la facultad de abandonarlo por su cuenta? Resulta que los presidentes tienen ese poder y no necesitan al Congreso. El artículo 2205 del TLCAN, el cual Trump ha citado a este respecto, simplemente dice que una de las partes podrá desistir del acuerdo seis meses después de notificarlo por escrito.

 

Los Estados Unidos son el principal socio comercial de nuestro país, tan sólo el año pasado, importó 259.000 millones de dólares en productos manufacturados desde México. Por su parte México, que es el segundo mercado más grande de Estados Unidos para bienes exportados. El año pasado compró 214,000 millones de dólares en productos manufacturados de las empresas estadounidenses.

 

Muchas empresas como GM, IBM y Coca-Cola, fabrican piezas y productos en México y los envían de vuelta a los Estados Unidos. Entre las importaciones más populares se encuentran las partes automotrices, los televisores de pantalla plana, los teléfonos y los refrigeradores. Otro sector importante y beneficiado con las exportaciones es el agrícola por los altos precios que paga el mercado norteamericano y que en México simplemente no serían costeables. Lo cierto es que el tratado ha favorecido la generación de empleos en ambos países y particularmente a México. Ignorantes del funcionamiento de los mercados internacionales, ya salieron a decir que en respuesta podría fortalecerse el mercado interno lo cual es una falacia. México perdería y mucho si desaparece o se modifica el TLC. Ahí si tocaríamos fondo.

 

Pero arrechos como somos, la visita de Trump nos encendió el corazón y nos calentó la cabeza, como si estuviéramos en la posibilidad de imponer condiciones o arrojarnos con la bandera como el mito de los niños héroes de Chapultepec. Las lecciones de la historia cuentan y nunca nos ha ido bien cuando peleamos con los Estados Unidos. En un ardid populista y pendenciero, el General Santa Anna –entonces adorado por el pueblo- partió con un ejercito de reclutas –no por patriotas sino por la leva- para sofocar a los independentistas texanos (1836). Ganamos una pequeña batalla en el Álamo, perdimos la guerra y con ello más de la mitad del territorio mexicano en 1846 con la invasión norteamericana.

 

Juárez pactó el tratado McLane-Ocampo –que permitía entre otras cosas el libre transito de los americanos por el Istmo de Tehuantepec- con los EU que fue su aliado en la guerra contra la intervención francesa y fue acusado de Traición a la Patria por los conservadores mexicanos.

 

El villano favorito ahora se llama Luis Videgaray, el Secretario de Hacienda, porque trasciende que convenció al presidente para que invitara a los dos candidatos presidenciales Clinton y Trump. Su preocupación dicen, son los mercados y francamente tiene sobrada razón. Si las amenazas y promesas de campaña -bastante aplaudidas en los EU- del hoy candidato republicano, llegan a concretarse en caso de ser electo Presidente en noviembre próximo (o sea ya), las consecuencias para México sería desastrosas.

 

The economy, stupid! -Es la economía, estúpido!- es la frase de James Carville, estratega que llevó al poder a Bill Clinton contra la enorme popularidad de Bush (padre) y es en lo que piensa ahora Videgaray como responsable de las finanzas públicas del país, mas allá de si la visita agradaría o no a los mexicanos.

 

Nuestra economía esta en recesión por diversos factores estrechamente vinculados como la baja sustancial de los ingresos petroleros, el aumento de la deuda externa, una drástica reducción del gasto público, la volatilidad del Dólar y la opinión de las calificadoras de riesgo crediticio como Standard & Poor’s sobre las capacidades de nuestro gobierno para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones financieras.

 

Aunque en los últimos 10 años la inmigración mexicana a los EU se ha reducido considerablemente, una eventual deportación masiva e indiscriminada, representaría un grave problema para México. Aumentaría la presión sobre las fuentes de empleo por los mexicanos y sumado a ello, la que generarían los migrantes de Centroamérica, Asia, África y Sudamérica -atorados en México- al no poder cruzar a los Estados Unidos. Viviríamos en carne propia, la presión que genera la migración fuera de control en nuestra frontera sur.

 

Si Donald Trump es el enemigo público numero uno de México; y un personaje que debería ser declarado “non grato” por la vox populi; habría que considerar seriamente los riesgos para la economía y los connacionales mexicanos indocumentados si se convierte en el próximo presidente de los Estados Unidos.

¿Qué hacemos? ¿Rompemos relaciones? Nos guste o no, Peña Nieto tendrá que lidiar con Trump dos años en lo que resta de su gobierno y su tarea será estrechar vínculos –y tender puentes previsoramente como ya lo hizo- para aplicar un control de daños y defender a los mexicanos contra las deportaciones que seguramente desgarraran familias. Y también por supuesto defender el TLC para evitar mas daños a la economía mexicana.

Habrá que seguir los consejos de Michael Corleone (Al Pacino) en la secuela de la afamada película “El Padrino” que decía: “Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos

jccymf@yahoo.com

 

 

 

 

By | 2019-03-18T14:19:03-06:00 septiembre 6th, 2016|Mi opinión...|Comentarios desactivados en ¿Y SI GANA TRUMP?

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